Miami es una ciudad vanguardista, construida por mujeres y llena de oportunidades para emprendedoras que buscan salir de su zona de confort. Como CEO, puedo decir que existen barreras invisibles que debemos derrumbar a diario si queremos sobresalir en la industria, pero, también grandes oportunidades que están a nuestro alcance si sabemos hacia dónde mirar.

Las mujeres dirigen el 2% de las 500 empresas más grandes del mundo y solo el 4,6% de las mayores compañías de Estados Unidos. Además, nos enfrentamos a un techo de cristal que aparece cuando nos acercamos a la jerarquía corporativa, impidiéndonos avanzar de manera profesional en cargos ejecutivos y de liderazgo.

Al mal tiempo buena cara, pues somos capaces de convertir los desastres en oportunidades y es precisamente aquí -en Miami- donde los sueños se cumplen.

La ciudad del sol está creciendo a pasos agigantados. Los mayores compradores de bienes raíces provienen de Argentina, Venezuela y Colombia. En 1970, la población del condado de Miami-Dade era 27% hispana, 15% negra y 66% blanca. Hoy, es 69% hispana, 20% negra y 12% blanca, según el libro Ciudades globales emergentes, escrito por Alejandro Portes y Ariel C. Armony.

En 1981, Julia DeForest Tuttle -empresaria estadounidense- fundó Miami gracias a su visión y actos altruistas. Esto le permitió lograr la extensión del tren, traer el primer periódico -El Metrópolis, el Banco de la Bahía de Biscayne y el primer hotel, entre otros.

Como Tuttle, muchas mujeres han encontrado en esta ciudad la excusa perfecta para construir negocios prósperos y jugar bajo sus propias reglas. Esta es -en definitiva- la tierra de las oportunidades. Por ejemplo, está Laura González-Estéfani, fundadora y CEO de TheVentureCity, una empresa de capital de riesgo que invierte en start-ups en etapa temprana. Adriana Cisneros, CEO de Cisneros, una empresa de medios y entretenimiento que opera en todo el mundo. Y Jen Earle, CEO de National Association of Women Business Owners (NAWBO), que brinda recursos y apoyo a mujeres emprendedoras y empresarias.

Estas son solo algunas de las mujeres de Miami que “piensan fuera de la caja” y están dispuestas a sobresalir gracias a su trabajo duro, determinación y pasión.

En definitiva, a pesar de los desafíos únicos que enfrentamos las mujeres emprendedoras y empresarias de Miami, hemos logrado dejar muy claro que es posible liderar y tener éxito en un mercado competitivo y desigual, y abrirle camino a futuras generaciones de emprendedoras.

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